
Nuestras almas no nacen de
nuevo.
La Biblia es clara en que a pesar de que nuestro
espíritu nace de nuevo, nuestra mente,
voluntad y emociones aun requieren ser purificadas.
Ser nacidos del espíritu y la salvación del alma
son dos cosas totalmente diferentes.
“Habiendo
purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu,
para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de
corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de
incorruptible, por la palabra de Dios que...