De veras siento los problemas que atraviesas, pero sé que Dios obra a tu
favor.
¡Acuérdate que Dios te ama y que por tanto no te dará
el indulto! Él deja caer sobre ti la cruz de Jesucristo. Sea cual sea la revelación que recibas y cualquiera sea la experiencia
emocional que tengas, no tiene valor alguno a menos que hayan de guiarte a la
muy real y constante práctica de morir a tu propia naturaleza.
Por desgracia, no puedes morir sin sufrimiento, ni
puede decirse que hayas muerto del todo si parte de ti sigue viva.
La muerte que Dios trae a ti va a horadar muy
adentro. Alma y espíritu se dividirán. Él
ve en ti todo lo que tú no puedes ver. Sabe exactamente dónde han de tocar
los golpes mortales. Se dirige directamente hacia aquello que estás dispuesto a
entregar con mayor desgana. Sólo se
siente dolor donde hay vida. Y en esta situación, la vida es precisamente
el lugar donde se requiere la muerte.
Tu Padre no pierde el tiempo en cortar lo que ya está muerto. Si quisiera que quedaras como estás, ciertamente así haría. Persigue Él
la destrucción de tu vieja naturaleza. Sólo puede hacer esto abriéndose paso
hacia lo que está vivo.
No esperes que sólo ataque a esos deseos obviamente
pecaminosos a los que renunciaste para siempre cuando te entregaste a Él. Más
bien puede que te pruebe llevándose el maravilloso sentimiento de libertad que
sientes, o quitándote lo que ahora te ofrece alivio espiritual.
¿Resistirás? ¡No! ¡Permítelo todo! Ofrécete como voluntario de tu propia
muerte, pues Dios sólo llevará a cabo su obra en la medida que se lo permitas.
No empujes a un lado el progreso que Dios quiere hacer en tu vida.
Ofrece de buen agrado todo de lo que ahora dependes
al buen placer de Dios. Entrega también las cosas espirituales cuando Él te las
requiera.
¿Qué temes, tú de poca fe? ¿Tienes miedo de que Él no sea capaz de darte su fuerza cuando te quite
la tuya? ¿Por qué se la lleva? Sólo con el fin de que Él sea tu sustento.
La lección puede ser dolorosa, pero Él desea purificarte.
Me doy cuenta de que todos los medios naturales de
socorro se cierran. Dios tiene la
intención de llevar a cabo Su obra en ti cortando todo recurso humano. Es un Dios
celoso. Quiere que veas que lo que se ha propuesto en tu interior sólo Él
lo puede hacer.
Ríndete a Sus designios. Déjate guiar por donde Él
quiera llevarte. Ten cuidado cuando busques
la ayuda de personas cuando Dios no quiere que lo hagas. Recuerda que sólo
pueden ofrecerte lo que Él mismo les ofrece para ti.
¿Por qué debería preocuparte ya no poder beber del grifo?
¡Ahora estás siendo guiado a beber del manantial que siempre mana!
0 comentarios:
Publicar un comentario