El alma y el espíritu no
son lo mismo.
Somos seres tripartitos, creados a imagen de Dios,
con un cuerpo, un alma y un espíritu. Estos tres componentes están claramente
separados, pero en esencia son inseparables.
“Y
el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor
Jesucristo”.
1 Tesalonicenses 5:23.-
Debido a esta interrelación, todo lo que ocurre en
el ámbito espiritual afecta al ámbito físico y lo que ocurre en el ámbito
físico afecta al ámbito espiritual. Simplemente, porque están interconectados.
¿Cuál es la diferencia entre el Alma y el Espíritu?
Somos seres espirituales,
tenemos un alma y habitamos en un cuerpo.
Cuando nacemos de nuevo, nos relacionamos con
Cristo a través del espíritu.
“Pero el que se une al Señor, un espíritu
es con Él”.
1 Corintios 6:17.-
En el jardín del Edén, Adán no era controlado por su
alma, no se movía en el ámbito almático. Antes de pecar, su espíritu estaba
unido al Señor, el realmente caminaba en el Espíritu y ejercía gobierno desde
su espíritu, y por lo tanto no era controlado por la voluntad o por lo que le
dictaba su alma.
Después de la caída, el espíritu del hombre murió,
perdió la unidad del ser que le conectaba con Dios y que ahora le había unido al
diablo. Todo lo que tu carne ama,
Satanás también. Todo lo que tu carne odia, Satanás también.
La naturaleza pecaminosa del hombre está casada con
las cosas del dios de este mundo. No necesitas enseñarle a un niño el ser
egoísta, a robar o a cualquier cosa que este errada. No necesitamos ser entrenados para hacer el mal. No necesitamos que nos
enseñen el mal. Entonces, la mayor parte de lo que haces con un niño es
entrenar su alma, porque no es sino hasta que nacemos de nuevo en el Espíritu
del Señor, que dejamos de ser controlados y de vivir en la carne y sus apetitos.
La única razón por la cual algunos no hacen las
cosas malas que otros hacen, es simplemente porque han aceptado ese
entrenamiento del alma y se han sometido a las leyes y normas de la sociedad.
Uno de los mayores problemas hoy en día es que muchos niños no están recibiendo
el entrenamiento del alma que necesitan para convertirse en adultos
responsables. No somos moralmente buenos porque hayamos nacido así; todos nacimos con una naturaleza pecaminosa
como consecuencia de la caída del hombre en el principio de todo.
Cuando nacemos de nuevo, la
batalla entre el alma y el espíritu comienza. De eso se trata lo que el
Apóstol Pablo nos habla en los capítulos 6 y 7 del libro de Romanos.
1 comentarios:
DIOS BENDIGA SU MINISTERIO
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