Nuestras almas no nacen de
nuevo.
La Biblia es clara en que a pesar de que nuestro
espíritu nace de nuevo, nuestra mente,
voluntad y emociones aun requieren ser purificadas.
Ser nacidos del espíritu y la salvación del alma
son dos cosas totalmente diferentes.
“Habiendo
purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu,
para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de
corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de
incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”.
1 Pedro 1:22-23.-
Nuestro espíritu es instantáneamente renacido en el
momento en que aceptamos a Cristo como nuestro Señor y Salvador, pero nuestras
almas tienen que ser transformadas por la renovación de nuestras mentes a
través de la Palabra de Dios, de acuerdo a lo que dice Romanos 12:2:
“No
os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta”.
Nuestras almas pueden esconder mucha suciedad espiritual
de nuestra anterior manera de vivir. Debido a que el alma aun contiene basura
que requiere ser limpiada, muchos creyentes pueden continuar luchando con el
pecado incluso después de haber aceptado a Cristo.
El Alma Vs. El Espíritu.
No debemos permitir que nuestra alma nos controle.
El alma siempre tratará de
estar en control y esta es la razón por la cual es de máxima importancia
alimentar nuestro espíritu con la Palabra de Dios, la Adoración y la Oración.
Un principio espiritual dice que “aquello que
alimentas, crece… aquello que descuidas, muere”. La pregunta es, ¿Qué es lo que
estamos alimentando? ¿El hombre espiritual o la carne a través de cosas
mundanas y entretenimiento?
“Digo,
pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne”.
Gálatas 5:16.-
Dios quiere que seamos
libres de cualquier tipo de ataduras de parte del enemigo. Ataduras almáticas
pecaminosas han apartado a muchos del destino que Dios ha diseñado para ellos.
Los lazos pecaminosos han suprimido el Propósito eterno de Dios, y han
frustrado los planes de muchos creyentes que realmente quieren servir al Señor.
Muchos están escondiéndose detrás de una máscara, pero detrás de ella, están
heridos, desanimados y con sus corazones rotos. El dolor está oculto en lo
externo, pero es muy real en lo interno.
Es tiempo de quitar la
máscara, ser honestos y recibir liberación.
Una atadura almática
pecaminosa ocurre cuando la mente, las emociones y la voluntad de una persona
se enredan hasta el punto en que sus pensamientos no son usualmente los propios,
de manera que la persona es afectada de forma no natural por la voluntad, las
emociones y deseos de alguien o algo más.
Es posible estar atado
almáticamente incluso a cosas. Cuando cosas en tu vida te están deteniendo de
hacer lo que Dios te ha llamado a hacer, estas lidiando con una atadura
pecaminosa.
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