Bienvenidos a Hijos Obedientes

“Como hijos obedientes, no vivan conforme a los deseos que tenían antes de conocer a Dios. Al contrario, vivan de una manera completamente santa, porque Dios, que los llamó, es santo; pues la Escritura dice: "Sean ustedes santos, porque yo soy santo".

1 Pedro 1:14-16.-


lunes, 28 de enero de 2013

Acerca de la Bendición.-


Cuando alguien te dice “QUE DIOS TE BENDIGA” no sólo está deseando lo mejor para ti, sino que también está actuando en favor tuyo.

Cuando bendices a alguien, también atraes el favor de Dios hacia tí. El efecto de la Bendición es multiplicador, ya que es dado por Dios a sus Hijos.

La bendición invoca el apoyo activo de Dios para el bienestar de la persona. Habla del agradecimiento, implica salud, provisión y felicidad en la persona que recibe buenos deseos de nuestra parte.

La bendición comienza en el hogar, en las relaciones de padres e hijos. Los niños que reciben el regalo de la bendición de parte de sus padres, tienen un buen comienzo espiritual y emocional en la vida. Reciben un firme fundamento de amor y aceptación.


Este principio también se aplica a la íntima relación de pareja. Las amistades se profundizan y fortalecen, la hermandad de la Iglesia se incrementa, trayendo compañerismo, sanidad y esperanza a muchos que nunca han recibido una palabra de bendición.

El poder de la vida y la muerte está en la Palabra (Proverbios 18:21).

Al bendecir, se otorga vida, no sólo al que recibe la bendición, sino también al que la imparte. Por eso, hoy te bendigo , mi bendición va especialmente para ti, donde sea que te encuentres, porque al bendecirte de todo corazón, se activa la bendición de Dios también para a mí.

Por esto, repartamos bendiciones donde vayamos, no sólo de palabras, sino de hechos. Ellas volverán a nosotros, cuando menos lo esperemos. En realidad, la persona que vive en la presencia de Dios, amándole y obedeciéndole, goza de la bendición divina siempre.

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