Existen diferentes niveles de ataduras almáticas: físicas, almáticas y
espirituales. Cualquiera de estos tres
niveles de relación puede ocurrir entre dos amigos, compañeros de trabajo, miembros
de la misma Iglesia, entre hermanos y hermanas, padres e hijos y por supuesto,
entre esposos y esposas. Las relaciones matrimoniales son donde los tres
niveles ocurren de forma mucho más intensa e intima.
No te
equivoques respecto a esto, las
relaciones sexuales entre una pareja casada involucra las tres partes de
nuestro ser: cuerpo, alma y espíritu. Nunca ha sido solo un acto físico y
nunca lo será porque es la forma en que Dios lo diseñó. El nos diseñó para que
nos compenetráramos y nos volviésemos uno, no solamente en el plano
físico.
“Por
tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán
una sola carne”.
Génesis 2:24
Nuestras almas
se embotan debido a ataduras almáticas a nivel espiritual con otras personas
con las cuales no estamos casados. Esto puede ocasionar que nosotros no podamos
entregarnos plenamente a nuestros cónyuges. Si tuviste un(a) novio(a) o cónyuge
previo y se separan y luego vuelven a casarse con alguien más, esas antiguas
ataduras deben ser rotas o seguramente vas a experimentar serios problemas en
tu actual matrimonio.
Cuando nuestra alma se divide, eso afecta las capacidades (facultades) del
alma. He aquí, dos consecuencias de ello:
1.- Se afecta la capacidad de recibir afecto de parte de otros y de
experimentar el Amor de Dios. No podrás
recibir el amor de parte de tu esposo(a) que desesperadamente deseas y
necesitas, aunque todos a tu alrededor te lo ofrezcan y te digan cuanto te aman.
Aunque lo demuestren a través de sus acciones tú no eres capaz de percibirlo, y
por lo tanto concluyes que no te aman.
2.- Ataduras del alma afectarán la capacidad de confiar en el cónyuge. Debido a que eres incapaz de percibir el amor y el afecto que otros te
demuestran, vas a considerar que ellos no son dignos de tu confianza, aún sin
pensar en ello. El problema es que eres inconstante de acuerdo a lo que dice
Santiago capitulo 1. Este problema destruye matrimonios del mismo modo que
destruye nuestra capacidad de recibir el Amor de Dios y confiar en Él.
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