Es costumbre llamar a este Salmo «¿Hasta cuándo?». Casi diríamos que es el Salmo del gemido, por la incesante repetición del grito «¿Hasta cuándo?».
Salmo 13:1.-
¿Hasta cuándo, oh SEÑOR?
¿Me olvidarás para siempre?
¿Hasta cuándo esconderás de mí Tu rostro?
¿Hasta cuándo? Esta pregunta se repite no menos de cuatro veces. Corresponde al intenso deseo de liberación y a la gran angustia del corazón. Y no tiene por qué no haber algo de impaciencia mezclada con ello; ¿no es éste el retrato más fiel de nuestra propia experiencia? No es fácil prevenir y evitar que los deseos degeneren en impaciencia. La aflicción prolongada parece representar abundante corrupción; pues el oro que tiene que permanecer mucho en el fuego, es que contiene mucha escoria que ha de ser consumida; de ahí que la pregunta ¿Hasta cuándo? pueda sugerir una búsqueda profunda del corazón.