Estás experimentando pruebas de cierta dureza, pero Dios ha permitido
que ocurran porque las necesitas. Él sabe escogerlas. Tú mismo no hubieras sido
capaz de optar por aquello que Dios trae a tu vida por medio de la cruz. La
cruz por la que optarías afianzaría tu propia voluntad en vez de demolerla.
A veces todo en la vida parece una prueba. Hay veces que sólo hay
sufrimiento. Pero la más dura cruz ha de
ser llevada en paz. Hay veces en que la cruz no se puede llevar ni
arrastrar. Entonces sólo puedes desplomarte bajo ella, sobrecogido y exhausto.
Ruego que Dios te procure tan poco sufrimiento como sea posible. Haz memoria de que Dios no es sordo a tu sufrir.
Él permite tu sufrimiento. Date cuenta que sólo Él sabe lo que es mejor para
ti.
Vive por la fe al tiempo que
abrazas tus pruebas. Confía en Dios en certidumbre, aunque no alcances
a ver lo que está haciendo. Confía en que Dios, con gran compasión, te ofrece
pruebas en proporción a la ayuda que te quiere prestar. No hay duda de que la
vida de fe es la más sutil muerte de todas.
Te quejas de tu oscuridad interior y pobreza de espíritu. Jesús dice, bienaventurados
los pobres en espíritu. Es bueno que
veas tu debilidad, pero no la excuses. Manténte sencillo y humilde ante
Dios y Él te traerá paz, ternura, paciencia, y contentamiento aún en tu
tribulación.
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