Bienvenidos a Hijos Obedientes

“Como hijos obedientes, no vivan conforme a los deseos que tenían antes de conocer a Dios. Al contrario, vivan de una manera completamente santa, porque Dios, que los llamó, es santo; pues la Escritura dice: "Sean ustedes santos, porque yo soy santo".

1 Pedro 1:14-16.-


viernes, 24 de febrero de 2012

El Aceite de la Unción - Segunda Parte.-

Hechos 10:38.-  cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret,  y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo,  porque Dios estaba con él.

Lucas 4:18.-  Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;

Isaías 49:8.-  Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades;

2 Corintios 6:2.-  Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.

 
El aceite es tipo del Espíritu Santo porque se le designó divinamente en el Antiguo Testamento.  El aceite más puro se obtenía del fruto aún verde en el mes de Noviembre y se echaban en receptáculos, era de gran valor.


Los olivos se exprimían en piedras en forma circular y se sometían a una gran presión.  De ahí el nombre de Getsemaní, de la palabra hebrea Gat – Shemen, que quiere decir “prensa de aceite”, debe su nombre al hecho de que había algunas prensas de aceite en las cercanías.

El aceite servía para varios ritos de Israel como la consagración de los sacerdotes (Éxodo 29:1-7) en ofrendas, sacrificios (Levítico 2:1; Números 7:19) en la consagración del Tabernáculo (Éxodo 30:22-29; 40:9-10), en las lámparas del Tabernáculo (Éxodo 25:6; Levítico 24:2).  En la época del Nuevo Testamento se ungía a los enfermos (Santiago 5:14).

El aceite simboliza alegría (Salmo 4:7; Hebreos 1:9), también prosperidad y abundancia (Deuteronomio 32:13; 33:24), pero también denotaba pobreza cuando escaseaba (Hageo 1:11; Joel 1:10).  El poder de Dios venía cuando se ungía con aceite, o sea, la unción del Espíritu Santo.

La necesidad de la obra del Espíritu Santo en la preparación par el Ministerio está señalada en el Antiguo Testamento cuando se ungía con aceite en la instalación de los sacerdotes (Éxodo 40:9-16).  Por eso el ministerio del Espíritu Santo es indispensable para un ministerio fructífero por parte del creyente hoy (Hechos 1:8).  Aquí el Espíritu Santo no se limita a una energía ordinaria, si no que El da entrega, confianza, conocimiento, habilidad y autoridad, por eso tienes que experimentar el poder del Espíritu Santo.

La única luz del Tabernáculo lo daba el aceite santo donde iluminaba el lugar donde Dios era adorado (Exodo 27:20-21).  Hoy es el Espíritu Santo el que proyecta la luz sobre aquel que es la verdad y es El quien glorifica a Cristo ante los ojos del cristiano (Juan 16:13-15; I Juan 2:20).  El aceite se empleaba para la purificación y la santificación (Levítico 8:30).  Hoy día el Espíritu Santo santifica a los creyentes en el día de hoy.

I Juan 2:20.- “Pero vosotros tenéis la unción del santo, y conocéis todas las cosas”


Necesitamos la unción de ese aceite especial.  Se ha dado a usted el Espíritu Santo, por el Padre y el Hijo.


Autor: Pr. José Castro.
Fuente: AMM

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