Estás experimentando pruebas de cierta dureza, pero Dios ha permitido
que ocurran porque las necesitas. Él sabe escogerlas. Tú mismo no hubieras sido
capaz de optar por aquello que Dios trae a tu vida por medio de la cruz. La
cruz por la que optarías afianzaría tu propia voluntad en vez de demolerla.
A veces todo en la vida parece una prueba. Hay veces que sólo hay
sufrimiento. Pero la más dura cruz ha de
ser llevada en paz. Hay veces en que la cruz no se puede llevar ni
arrastrar. Entonces sólo puedes desplomarte bajo ella, sobrecogido y exhausto.
Ruego que Dios te procure tan poco sufrimiento como sea posible. Haz memoria de que Dios no es sordo a tu sufrir.
Él permite tu sufrimiento. Date cuenta que sólo Él sabe lo que es mejor para
ti.