Bienvenidos a Hijos Obedientes

“Como hijos obedientes, no vivan conforme a los deseos que tenían antes de conocer a Dios. Al contrario, vivan de una manera completamente santa, porque Dios, que los llamó, es santo; pues la Escritura dice: "Sean ustedes santos, porque yo soy santo".

1 Pedro 1:14-16.-


martes, 22 de febrero de 2011

El Conocimiento de Dios

La Posibilidad del Conocimiento de Dios.
Indiscutiblemente el conocimiento de Dios es deseable; las ansias religiosas de la humanidad dan fe de ello. Pero, ¿es posible?
Las Escrituras afirman dos hechos:
1.- La incomprensibilidad de Dios.
2.- La posibilidad de conocer a Dios.
Decir que Dios es incomprensible es afirmar que la mente no puede captar el conocimiento de Él. Decir que El es conocible es declarar que se le puede conocer. Las dos cosas son verdad aunque ninguna de las dos en un sentido absoluto.

Al decir que Dios es incomprensible se afirma que el hombre no puede conocer todo tocante a Él. Decir que El es conocible no es afirmar que el hombre pueda conocer todo acerca de Él.

Ambas verdades se afirman en las Escrituras:
1.- Su incomprensibilidad:

“¿Descubrirás tú las profundidades de Dios? ¿Descubrirás los límites del Todopoderoso?. Job 11:7.

“¿A quién, pues, asemejaréis a Dios, o con qué semejanza le compararéis?”. Isaías 40:18.

2.- La posibilidad de conocerlo:

“Si me hubierais conocido, también hubierais conocido a mi Padre; desde ahora le conocéis y le habéis visto”. Juan 14:7.

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. Juan 17:3.

“Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento a fin de que conozcamos al que es verdadero; y nosotros estamos en aquel que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna”. 1 Juan 5:20.
Las Características del Conocimiento de Dios.
Se puede caracterizar el conocimiento de Dios de acuerdo a su fuente, su contenido, su progreso, y sus propósitos.

a.- Su Fuente.

Dios mismo es la Fuente de nuestro conocimiento de Él.

Ciertamente, toda la verdad es de Dios. Pero ese cliché se debe afirmar y usar más cuidadosamente de lo que generalmente se usa. Solamente la verdad genuina proviene de Dios, porque desde que el pecado entró en la corriente de la historia, el hombre ha creado lo que él llama verdad pero que no lo es.
Además, ha pervertido, embotado, diluido, y corrompido eso que originalmente fue la verdad genuina, que sí provino de Dios.

Para nosotros hoy, la única regla infalible para determinar la verdad genuina es la Palabra escrita de Dios.

La Naturaleza, aunque revele algo acerca de Dios, es limitada y puede ser mal interpretada por la humanidad.
La mente humana, aunque muchas veces brillante en lo que puede lograr, padece de limitaciones y oscurecimiento.
Las experiencias humanas, aun las religiosas, carecen de confiabilidad como fuentes del genuino conocimiento de Dios a no ser que se conformen a la Palabra de Dios.
Ciertamente, el conocimiento de lo que es la religión verdadera tiene que venir de Dios. En una dispensación previa el judaísmo fue revelado como la religión verdadera de Dios. Hoy, el judaísmo no es la religión verdadera; solamente el cristianismo lo es. Y el conocimiento genuino del cristianismo ha sido revelado por medio de Cristo y los apóstoles.
Uno de los propósitos de la encarnación del Señor fue revelar a Dios.

“Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer”. Juan 1:18.

“Si me hubierais conocido, también hubierais conocido a mi Padre; desde ahora le conocéis y le habéis visto”. Juan 14:7.

La promesa de la venida del Espíritu después de la ascensión de Cristo incluyó revelación adicional tocante a Él y al Padre.

Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir. El me glorificará, porque tomará de lo mío y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que El toma de lo mío y os lo hará saber”. Juan 16:13-15.

“Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra”. Hechos 1:8.

El Espíritu Santo le abre las Escrituras al creyente para que pueda conocer en forma más completa a Dios.

b. Su contenido.
Un conocimiento completo de Dios es a la vez objetivo y personal. El conocer los hechos de una persona sin conocer a la persona misma es conocimiento limitado. El conocer a una persona sin conocer su actuación es conocimiento superficial.

Dios ha revelado muchos datos acerca de Sí mismo, todos los cuales son importantes para hacer nuestra relación personal con El íntima, inteligente y provechosa.

Sí El sólo hubiera revelado hechos sin hacer posible el conocerlo a Él personalmente, tal conocimiento objetivo tendría poca utilidad y, ciertamente, ningún beneficio eterno. Igual que en las relaciones humanas, una relación divina-humana no puede comenzar sin algunos conocimientos mínimos acerca de la Persona; entonces la relación personal genera el deseo de conocer más datos, los cuales a su vez profundizan la relación, y así sucesivamente.
Este ciclo debe ser la experiencia de cada estudiante de la teología; un conocimiento acerca de Dios debe profundizar nuestra relación con El, lo cual a su vez aumenta nuestro deseo de conocer más acerca de Él.

c. Su progreso.

El conocimiento de Dios y de Sus obras fue revelado progresivamente a través de la historia.

La prueba más obvia la hallamos al comparar la teología incompleta del judaísmo con la revelación más plena de la teología cristiana con respecto, por ejemplo, a tales doctrinas como la Trinidad, la cristología, el Espíritu Santo, la resurrección, y la escatología. El trazar esa progresión es la tarea de la teología bíblica.

d. Sus propósitos.
1.- Llevar a las personas a poseer la vida eterna.

“Por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano para que dé vida eterna a todos los que tú le has dado”. Juan 17:2.

“El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad”. 1 Timoteo 2:4.

2.- Promover el crecimiento cristiano, con conocimiento doctrinal y con un estilo de vida perceptivo.

“Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A El sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén”. 2 Pedro 3:18.

“Si alguien quiere hacer su voluntad, sabrá si mi enseñanza es de Dios o si hablo de mí mismo”. Juan 7:17.

“Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; ya la muerte no tiene dominio sobre El”. Romanos 6:9.

“¿No sabéis que cuando os presentáis a alguno como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia?”. Romanos 6:16.

“Mi oración es que los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”. Efesios 1:18.

“Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento, a fin de que escojáis lo mejor, para que seáis puros e irreprensibles para el día de Cristo”. Filipenses 1:9-10.

“También yo procuraré con diligencia, que en todo tiempo, después de mi partida, podáis recordar estas cosas”. 2 Pedro 1:5.

3.- Advertir acerca del juicio venidero.

“Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento. Por cuanto tú has rechazado el conocimiento, yo también te rechazaré para que no seas mi sacerdote; como has olvidado la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos”. Oseas 4:6.

“Porque si continuamos pecando deliberadamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio alguno por los pecados, sino cierta horrenda expectación de juicio, y la furia de UN FUEGO QUE HA DE CONSUMIR A LOS ADVERSARIOS”. Hebreos 10:26-27.

4.- Generar adoración verdadera a Dios.

“¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! Pues, ¿QUIEN HA CONOCIDO LA MENTE DEL SEÑOR?, ¿O QUIEN LLEGO A SER SU CONSEJERO?, ¿O QUIEN LE HA DADO A EL PRIMERO PARA QUE SE LE TENGA QUE RECOMPENSAR? Porque de Él, por El y para El son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén”. Romanos 11:33-36.

REQUISITOS PREVIOS AL CONOCIMIENTO DE DIOS.
a.- Dios inició la revelación de Sí mismo.

El conocimiento de Dios difiere de todo otro conocimiento en que el hombre sólo puede tener este conocimiento hasta el punto en que Dios lo revele.

Si Dios no hubiera iniciado la revelación de Sí mismo, no habría forma de que el hombre lo conociera. Por lo tanto, el ser humano tiene que ponerse bajo Dios, que es el objeto de su conocimiento. En otros empeños eruditos, el ser humano a menudo se coloca a sí mismo sobre el objeto de su investigación, pero no es así en el estudio de Dios.

b. Dios proveyó el lenguaje para la comunicación.
Ciertamente una parte esencial de la revelación de Dios es la provisión de un medio para comunicar esa revelación. También la referencia de la revelación personal de Dios en Cristo necesita algún medio de grabar y comunicar esa revelación. Dios dio el lenguaje para este propósito. Él lo inventó y se lo dio al primer hombre y la primera mujer para poder comunicarles Sus instrucciones y que ellos pudiesen comunicarse con El.

“Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí, yo os he dado toda planta que da semilla que hay en la superficie de toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla; esto os servirá de alimento. Y a toda bestia de la tierra, a toda ave de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra, y que tiene vida, les he dado toda planta verde para alimento. Y fue así”. Génesis 1:28-30.

"Y oyeron al SEÑOR Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del huerto. Y el SEÑOR Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás? Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras? Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces el SEÑOR Dios dijo a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? Y la mujer respondió: La serpiente me engañó, y yo comí”. Génesis 3:8-13.

Parece también haber sido parte de su dominio sobre la creación todavía no caída y de nombrar a los animales. Aun después de la división de la lengua original en Babel, las lenguas sirvieron como el medio de comunicación en todos los niveles. Ciertamente podemos creer que el Dios omnisciente hizo provisión para que los idiomas fuesen eficaces para comunicar la revelación de Sí mismo al hombre.

c. El creó al hombre a Su imagen.
Cuando Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza, lo hizo un ser racional con inteligencia como El mismo. Por supuesto, la inteligencia humana no es igual que la inteligencia divina, pero sí es una inteligencia real, no ficticia. Por lo tanto, los humanos tienen la habilidad de entender el significado de las palabras y la lógica de las oraciones y los párrafos.
El pecado ha quitado la garantía de que el entendimiento humano sea siempre confiable, pero no erradicó la habilidad del ser humano para comprender.

d. El dio el Espíritu Santo.
Dios les ha dado Su Espíritu Santo a los creyentes para revelarles las cosas de Dios

“Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir. El me glorificará, porque tomará de lo mío y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que El toma de lo mío y os lo hará saber”. Juan 16:13-15.

“Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios”. 1 Corintios 2:10.

Esto no hace que el creyente sea infalible, pero le puede dar la habilidad de distinguir la verdad del error.

“Y en cuanto a vosotros, la unción que recibisteis de El permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; pero así como su unción os enseña acerca de todas las cosas, y es verdadera y no mentira, y así como os ha enseñado, permanecéis en El”. 1 Juan 2:27.

Estas obras de Dios hacen posible que conozcamos y obedezcamos los muchos mandamientos en las Escrituras de conocerlo a Él.

“¿No sabéis que cuando os presentáis a alguno como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia?”. Romanos 6:16.

“¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?”. 1 Corintios 3:16.

“Vuestra jactancia no es buena. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa?. 1 Corintios 5:6.

“¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?. 1 Corintios 6:19.

“¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. Santiago 4:4.

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