Introducción.-
“Pedro, apóstol de Jesucristo; a los expatriados de la dispersión en Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos conforme al previo conocimiento de Dios Padre por la santificación delEspíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre: Gracia y paz os sean multiplicadas”. 1 Pedro 1 y 2.
Debido a que esta ignorancia está tan extendida, leresultará fácil a un predicador o maestro el defraudar con perversiones de este tema aun al pueblode Dios.Sólo hay una salvaguardia contra el error; estar confirmados en la fe; y para ello ha dehaber estudio diligente y oración, y una recepción humilde de la asimilación de la Palabra deDios, ya que algunos falsos maestros de la Biblia pervierten su presciencia con el fin de desecharsu absoluta elección para vida eterna Sólo entonces seremos fortalecidos contra los ataques deaquellos que nos asaltan.
Cuando se expone el tema bendito y solemne de la predestinación, y el de la eterna elección por parte de Dios de ciertas personas para ser hechas conformes a la imagen de su Hijo,el enemigo envía algún hombre a contradecir que la elección se basa en la presciencia de Dios yesta “presciencia” se interpreta significando que previo que algunos serían más dóciles que otros,que responderían más prontamente a los esfuerzos del Espíritu, y que, debido a que Dios sabíaque creerían, El, en consecuencia, los predestinó para salvación.
Pero tal declaración es radicalmente errónea. Repudia la verdad de la depravación total,ya que argumenta que hay algo bueno en algunos hombres. Quita a Dios su independencia, yaque hace que sus decretos descansen en lo que El descubre en la criatura. Trastorna las cosascompletamente, ya que decir que Dios previó que ciertos pecadores creerían en Cristo, y que, enconsecuencia, El los predestinó para salvación, es lo contrario a la verdad.
La Escritura afirma que Dios, en su absoluta soberanía, separó a algunos para que fueranrecipientes de sus favores distintivos.
“Al oír esto, los gentiles se regocijaban y glorificaban lapalabra del Señor, y creyeron cuantos estaban designados para la vida eterna” (Hechos 13:48), y, por tanto, determinó otorgarles el don de la fe.
La falsa teología hace del conocimiento previo que Dios tiene de nuestra fe la causa de suelección para salvación; mientras que la elección de Dios es la causa, y nuestra fe en Cristo es elefecto.
Antes de seguir debatiendo este tema, hagamos una pausa y definamos los términos.
¿Qué quiere decir la palabra “presciencia”? “Conocer de antemano”, es la pronta respuesta demuchos. Pero no debemos juzgar precipitadamente, ni tampoco aceptar como definitiva ladefinición del diccionario, ya que esto no es un asunto de etimología del término empleado.
El uso que el Espíritu Santo hace de una expresión define siempre su significado y alcance.
Lo que causa tanta confusión y error es el dejar de aplicar esta regla tan sencilla. Haymuchas personas que piensan conocer el significado de una palabra determinada usada en laescritura, pero que son reacias a poner a prueba sus suposiciones por medio de una concordancia.
Ampliemos este punto.Tomemos la palabra “carne”. Su significado parece ser tan obvio que muchosconsiderarán que el examinar sus varias conexiones en la Escritura es una pérdida de tiempo. Sesupone precipitadamente que la palabra es un sinónimo del cuerpo físico, y no se procura indagarmás. Pero, en realidad, la “carne” en la Escritura frecuentemente incluye mucho más de lo que escorporal. Sólo por medio de la comparación atenta de cada caso, y el estudio de cada contextopor separado, puede descubrirse todo lo que el término abarca.
Tomemos la palabra “mundo”. El lector de la Biblia imagina frecuentemente que estapalabra equivale a la raza humana, y, en consecuencias interpreta equivocadamente los pasajesen los que la misma aparece.
Tomen la palabra “inmortalidad”. ¡Sin duda alguna, ésta norequiere estudio! Es obvio que hace referencia a la indestructibilidad del alma.
Cuando se trata de la Palabra de Dios, el dar por sentado algo sin comprobarlo es locura y error.
Si ustedes se toman la molestia de examinar cuidadosamente cada pasaje en el que seencuentran las palabras “mortal” e “inmortal”, se dará cuenta que estas nunca se aplican al alma, sino al cuerpo.
Todo lo dicho acerca de “carne”, “mundo”, o “inmortalidad”, es aplicable con igual fuerza a los términos “conocer” y “preconocer” (conocer desde antes).
Lejos de bastar con lasimple suposición de que estas palabras no significan otra cosa que simple conocimiento,veremos que los diferentes pasajes en los que se encuentran requieren ser consideradoscuidadosamente.
La Presciencia de Dios.-
La palabra “preconocimiento” (traducida en la versión española por “conocer de antes")no se encuentra en el A.T., pero sí que se da frecuentemente el término “conocer”.
Cuando éstees usado en relación con Dios significa a menudo mirar con favor, comunicando, no un simpleconocimiento, sino un afecto por el objeto mirado.
“Te he conocido por tu nombre” (Éxodo 33:17).
“Rebeldes habéis sido a Jehová desde el día que yo os conozco”. (Deuteronomio 9:24).
“A vosotrossolamente he conocido de todas las familias de la tierra”. (Amós 3:2).
En estos pasajes “conocer”significa amar o bien designar.
Asimismo en el N.T., se usa frecuentemente la palabra “conocer” en el mismo sentidoque en el Antiguo.
“Entonces yo les declararé: Nunca os he conocido. ¡Apartaos de mí,obradores de maldad!”. (Mateo 7:23).
“Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen”. (Juan 10:14).
“Pero si alguien ama a Dios, tal persona es conocida por él”. (1Corintios 8:3).
“Conoce el Señor a los que son suyos”. (2Timoteo 2:19).
El término “Preconocer”, o “presciencia”, tal como se usa en el Nuevo testamento, esmenos ambiguo que en su simple forma “conocer”.
Si todos los pasajes en los que aparece sonestudiados cuidadosamente, se descubrirá que es muy discutible que el término haga referencia auna simple percepción de eventos que han de tener lugar. En realidad, este término nunca esusado en la Escritura en relación con sucesos o acciones, sino que, por el contrario, siempre serefiere a personas.
Dios “conoció por anticipado” a las personas, no a sus acciones.
Para demostrarlo, citaremos los pasajes en los que se encuentra esta expresión.
El primero es Hechos 2:23, donde leemos de Jesús: “Entregado por el determinadoconsejo y anticipado conocimiento de Dios, prendísteis y matásteis por manos de inicuos,crucificándole”.
Si nos fijamos con atención en las palabras de este versículo, veremos que elapóstol no estaba hablando del conocimiento anticipado de Dios del acto de la crucifixión, sinode la Persona crucificada: “este, entregado por…”, etc.
El segundo es Romanos 8:29 y 30. “Porque a los que antes conoció, también predestinó paraque fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entremuchos hermanos; y a los que predestinó, a estos también llamó.”
Fíjense bien en el pronombreque se usa aquí. No es “lo que”, sino “los que” antes conoció. Lo que se nos muestra no es lasumisión de la voluntad, ni la fe del corazón, sino las personas mismas.
“No ha desechado Dios asu pueblo, el cual antes conoció”. (Romanos 11:22).
Una vez más, la referencia es claramente apersonas solamente.
La última cita es 1Pedro 1:2.“Elegidos según la presciencia de Dios Padre”.
¿Quiénes sonellos? El versículo anterior nos lo dice: la referencia es a los “extranjeros esparcidos”, es decir, laDiáspora, los judíos creyentes de la dispersión. Aquí, también, la referencia es a personas, no asus hechos previstos.
En vista de estos pasajes ¿qué base bíblica hay para decir que Dios“Previo” los hechos de algunos, a saber, su “arrepentimiento y fe”, y que, a causa de los mismos,
los eligió para salvación? Absolutamente ninguna.
La Escritura jamás habla del arrepentimiento y la fe como algo previsto o preconocido por Dios.
Es verdad que Dios conocía desde toda la eternidad que algunos se arrepentirían ycreerían, pero la Escritura no se refiere a esto como objeto de la “presciencia” de Dios. Eltérmino se refiere invariablemente a Dios preconociendo a personas; así pues, “retengamos laforma de las sanas palabras”. (2Timoteo 1:13).
Otra cosa sobre la que deseamos llamar particularmente la atención es que la prescienciade Dios no es cautiva, sino que, detrás de ella precediéndola, hay algo más: su propio decreto soberano.
Cristo fue “entregado por el (1) determinado consejo y (2) anticipado conocimiento de Dios” (Hechos 2:23). Su “consejo” o decreto fue la base de su anticipado conocimiento.
Asimismo en Romanos 8:29. Este versículo empieza con la palabra “porque”, lo cual noshabla de lo que precede inmediatamente. ¿Qué es, entonces, lo que dice el versículo anterior?
“Todas las cosas les ayudan a bien... a los que conforme al propósito son llamados”
Así pues, “el anticipado conocimiento” de Dios se basa en su “propósito” o decreto (véase Salmo 2:7).
Dios conoce por anticipado lo que será, porque él ha decretado que sea. Afirmar, por lotanto que Dios elige porque preconoce es invertir el orden de la Escritura, es como poner el carrodelante del caballo. La verdad es que preconoce porque ha elegido. Esto elimina la base o causa de la elección como algo de la criatura, y la coloca en la soberana voluntad de Dios.
Dios se propuso elegir a ciertas personas, no porque hubiera algo bueno en ellas, ni
porque previera algo bueno en las mismas, sino solamente, a causa de su pura buena voluntad.
Elpor qué escogió a éstos no lo sabemos; lo único que podemos decir es: “Así, Padre, porque así teagradó”. La verdad clara de Romanos 8:29, es que Dios, antes de la fundación del mundo, separó a ciertos pecadores y los escogió para salvación (2 Tesalonisenses 2:13).
Esto se ve claro en las últimas palabras del versículo: los “predestinó para que fuesenhechos conformes a la imagen de su Hijo”, etc. Dios no predestinó a aquellos que él preveía que“eran hechos conformes...”, sino que, por el contrario, predestinó a aquellos a los que “antesconoció” (es decir, amó y eligió) “para que fuesen hechos conformes...”.
Su conformidad aCristo no es la causa, sino el efecto de la presciencia y predestinación de Dios.
Dios no eligió a ningún pecador porque viera que creería, por la razón sencilla perosuficiente, de que ningún pecador cree jamás hasta que Dios le da fe; de la misma manera queningún hombre puede ver antes de que Dios le dé la vista. Ya que la vista es el don de Dios, y veres la consecuencia del uso de su don.
Asimismo, la fe es el don de Dios “Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe yesto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8), y creer es la consecuencia del uso de este don.
Si fuera cierto que Dios eligió a algunos para sersalvos porque a su debido tiempo éstos creerían, eso convertiría el creer en un acto meritorio, y,en este caso, el pecador tendría razón de jactarse, lo cual la Escritura niega enfáticamente, (Efesios 2:9).
En verdad la Palabra de Dios es suficientemente clara al enseñar que creer no es un actomeritorio. Afirma que los cristianos son aquellos que “por la gracia han creído” (Hechos 18:27).
Por lo tanto, si han creído “por gracia”, no hay absolutamente nada meritorio, el mérito no puedeser la base o causa que movió a Dios a escogerlos.
No, la elección de Dios no procede de nada que haya en nosotros, o de nada que procedade nosotros, sino únicamente de su propia y soberana buena voluntad.
Una vez más, en Romanos11:5, leemos de “un remanente escogido por gracia”. Ahí está suficientemente claro; la mismaelección es por gracia, y gracia es favor inmerecido, algo a lo que no tenemos derecho alguno.
Precisamente, se ve la importancia para nosotros, de tener ideas claras y bíblicas sobre la presciencia de Dios. Quien no solamente conoció el final desde el principio, sino que planeó, fijóy predestinó todo desde el principio. Ya que, el cristiano verdadero lo es porqueDios lo escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, (Efesios 1:4), y lo hizo, no porque previó que creería, sino porque, simplemente, así le agradó hacerlo; te escogió a pesar de tu incredulidad natural.
Has creído “por la gracia”, y eso porque tu misma elección fue “degracia” (Romanos 11:5).
Siendo así, toda la gloria y la alabanza le pertenece solo a Él. No tenemos base alguna para atribuirnos mérito alguno.
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