Bienvenidos a Hijos Obedientes

“Como hijos obedientes, no vivan conforme a los deseos que tenían antes de conocer a Dios. Al contrario, vivan de una manera completamente santa, porque Dios, que los llamó, es santo; pues la Escritura dice: "Sean ustedes santos, porque yo soy santo".

1 Pedro 1:14-16.-


lunes, 21 de marzo de 2011

Características de un adorador.

Apocalipsis 4:1-11.-
1 Después de esto miré, y vi una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que yo había oído, como sonido de trompeta que hablaba conmigo, decía: Sube acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de éstas. 2 Al instante estaba yo en el Espíritu, y vi un trono colocado en el cielo, y a uno sentado en el trono. 3 Y el que estaba sentado era de aspecto semejante a una piedra de jaspe y sardio, y alrededor del trono había un arco iris, de aspecto semejante a la esmeralda. 4 Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y sentados en los tronos, veinticuatro ancianos vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en la cabeza. 5 Del trono salían relámpagos, voces y truenos; y delante del trono había siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete Espíritus de Dios. 6 Delante del trono había como un mar transparente semejante al cristal; y en medio del trono y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. 7 El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo ser era semejante a un becerro; el tercer ser tenía el rostro como el de un hombre, y el cuarto ser era semejante a un águila volando. 8 Y los cuatro seres vivientes, cada uno de ellos con seis alas, estaban llenos de ojos alrededor y por dentro, y día y noche no cesaban de decir: SANTO, SANTO, SANTO, es EL SEÑOR DIOS, EL TODOPODEROSO, el que era, el que es y el que ha de venir. 9 Y cada vez que los seres vivientes dan gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: 11 Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.


Filipenses 2:5-11.
5 Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. 8 Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, 10 para que al nombre de Jesús SE DOBLE TODA RODILLA de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. 

Dios está sentado en su Trono en Apocalipsis recibiendo adoración. Delante de Él hay seres que permanentemente le adoran. Los 24 ancianos se postran y adoran también, echando sus coronas delante del Trono.
La particularidad de la corona de los 24 ancianos es que no es para ellos. Ellos solo la portan, pero la entregan a Dios cada vez que adoran. Ellos, entonces, no se aferran a sus coronas, como Jesús  no se aferró a su condición de Dios y se hizo hombre.
La misma actitud, la misma virtud que estuvo en Cristo para dejar su trono y hacerse hombre es la que está en los 24 ancianos. Es la misma actitud, el mismo espíritu. Por ser así califican para estar delante del Padre.
Ahora, la Biblia también dice que Jesús se humilló a si mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Hay, por lo menos, 3 características de un adorador genuino que lo califican para ser una persona con acceso a la presencia de Dios.
1.- Amar la verdad
2.- Ser humilde
3.- Obediencia.

Jesús dijo “Yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie puede venir al Padre (Aquel que está sentado en el Trono recibiendo adoración) si no es por mí”. Entonces, Jesús es el que abre el acceso al Padre, él es la puerta.

1.- La primera característica del adorador genuino es que ama la verdad. La verdad no es una declaración, o un dicho… La verdad es una persona, y esa persona es Cristo.

2.- ¿Que condición tienen los que están en presencia del padre? Son humildes. Pocas veces se predica de la humildad, pero es una virtud muy importante, porque es la que da sustento a las demás virtudes. Jesús dijo aprendan de mí que soy manso y humilde. Los 24 ancianos son humildes, no se aferran a sus coronas… dicen: “Señor, Digno eres de recibir…”.
La humildad nos hace calificar para ser los adoradores que el Padre está buscando, nos abre la puerta a la presencia de Dios para ser vaciados y volver a ser llenos de Dios. La humildad tiene que ver con la falta de orgullo. El orgullo le abre la puerta a satanás. Son antítesis, Jesús es humilde y satanás es orgulloso.
Lo que representa la identidad de los 24 ancianos en el cielo, ellos se postran y lo entregan a Dios.
La humildad es lo que trae a nuestra vida la manifestación de la salvación que Dios da en Cristo Jesús. Si la salvación de Dios está en nosotros, nos lleva a ser humildes.
Si la vida de Adán es restaurada en nosotros, será restaurada la humildad que adán y Eva tenían en el principio. ¿Por qué calificaban ellos, sino para caminar con Dios en el Edén todos los días? Solamente porque eran humildes.

3.- El ser humilde te lleva a ser obediente. Jesús se humillo y fue obediente. La obediencia es adoración. Si no amamos la verdad, no podemos ser humildes, y si no somos humildes, no podemos ser obedientes, y si no hay obediencia, hay desobediencia. Y donde hay desobediencia, hay rebelión. Cuando satanás y los ángeles caídos se rebelaron contra Dios, fue porque no fueron humildes, a causa de no amar la verdad… por eso fueron echados de la luz de Dios.
Luego, siguieron trabajando y también adán y Eva debieron dejar el lugar de su comunión con Dios. Por eso tuvo que venir Jesús… ¿Para qué? Para restaurar el amar la verdad, el ser humilde y el ser obedientes para tener acceso a Dios.
Humildad tiene que ver con vaciarse delante del Padre… vaciarse de los celos, del querer dañar y ocasionar muerte a otros… es confesar y despojarse de todo lo que sea manifestación de orgullo, vanidad y no agrada a Dios.

La humildad no es dada como la gracia de Dios.
La humildad nos es dada cuando hay una determinación en el corazón de ser como Jesús. Entonces Dios capacita. La humildad no tiene tanto que ver con cómo uno se viste o habla, sino con el corazón. Se puede tener delante al rico más rico del universo y al pobre más pobre del universo y ser el primero mucho más humilde.

¿Qué nos pasa?
Dios nos habla por terceros también, por hombres. Cuando sabemos que es una palabra de Dios la que nos viene a través de esos hombres, hay una tendencia a justificarse, enojarse… “¿Que me vienes tu a querer enseñar? ¿Qué me vienes a querer corregir?, yo conozco tu vida, no eres mejor que yo”.

“Es fácil ser humilde con el que te halaga”.

¿Qué de aquel que nos confronta, nos pone incomodos, y aun así, sabemos que él tiene razón y lo que dice es verdad? ¿Por que mataron a esteban? ¿Por qué quisieron arrojar a Jesús por el peñasco y paso entre ellos y se fue porque no había llegado su tiempo?
 Jesús conocía al Padre y lo daba a conocer con humildad. Él les decía ustedes son hijos del diablo, el diablo es su padre… son sepulcros blanqueados, por fuera se los ve lindos pero por dentro son huesos podridos…

Es importante entender que lo que Dios quiere en este tiempo de nosotros es que amemos la verdad, que nos demos cuenta que si amamos los primeros lugares, debemos amar el lugar que Dios nos ha asignado.
¿Que pensara la uñita del dedo más chiquito del pie izquierdo del corazón? Uno no se corta el corazón, las arterias… uno cuida el corazón. Nos cortamos las uñitas, y vuelven a crecer… y ahí les damos con el alicate: tac… tac… tac… pero ellas vuelven a crecer.
¿Tendrá celos la uñita del ojo, que todos ven? Porque está envuelta en una media apretada en la oscuridad de un zapato.

“Debemos amar el lugar que Dios nos ha asignado”.

Si amamos la verdad y somos humildes, podremos ser obedientes, y la obediencia nos llevará a serle fiel. Por ser fieles a Dios, entonces él nos exaltara.
Jesús, siendo la Palabra, el verbo de Dios, se humillo hasta ser la uñita más chiquita del dedo chiquito del pie izquierdo, y el Padre lo exalto para que todo se sujete en el Nombre de Jesús. El diablo, los demonios, los mares, los vientos, todo se sujeta al Nombre y en el Nombre de Jesús.

“Jesús se convirtió en el modelo de un adorador”.

Los 24 ancianos se postran y arrojan sus coronas, son vaciados delante del Padre para volver a ser llenos por Él porque Jesús les dio un ejemplo. Jesús también nos dio ejemplo a nosotros.

Hay varios tipos de orgullo. Hasta hay un orgullo espiritual. El de creerse la mejor iglesia, que nadie puede hacer las cosas como nosotros… si queremos mayor presencia de dios en nuestras reuniones, debemos renunciar al orgullo espiritual. Antes bien, debemos ser cada vez más humildes. Porque al que mucho se le da, mucho se le demandara.

Que el Espíritu Santo ponga en nosotros el deseo de querer ser como Jesús. Porque este mundo necesita personas como Jesús. Por eso hay tanta violencia, tantas relaciones rotas entre hermanos, padres e hijos, ministros y consiervos dentro de la iglesia… porque no hay humildad. Porque en vez de querer ser siervos de todos queremos que todos nos sirvan. Nuestra voz no se oye muchas veces en el cielo porque no somos obedientes. O porque lo somos a medias, y eso no es obediencia. Somos obedientes a medias porque somos humildes a medias, y eso tampoco es humildad. Que el Espíritu Santo hable a nuestras vidas para que podamos detectar todo orgullo y toda desobediencia, todo lo que no agrada a Dios.


“Con humildad se conquista obediencia.
Con obediencia se conquista el acceso a la presencia de Dios.
Con presencia de Dios se consigue el respaldo de Dios”.


Por el Ap. Jorge H. González

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