Kitto, en la Biblia pictórica, tiene la siguiente nota sobre 2º Samuel 22: «Esto es
igual que el Salmo
18».
La prueba de la grandeza
de este Salmo está en el hecho de que ha pasado la prueba de
toda clase de
traducciones e incluso versos, que han resultado divinos. Quizá la gran maravilla del mismo, aparte de la poesía del descenso, es la exquisita y sutil alteración del Yo y el
Tú. George Gilfillan,
en Los bardos de la Biblia
El que quiera
ser sabio, que lea los Proverbios; el que quiera ser santo, que lea los Salmos.
El santo
David, estando cerca de la orilla, mira aquí los
antiguos peligros y liberaciones, experimentados con un
corazón agradecido, y escribe este Salmo para
bendecir al Señor; como si cada uno de nosotros, una vez entrado en años, repasara la vida y observara las bondades maravillosas y la
providencia de Dios hacia él, y entonces se sentara
y escribiera un humilde recordatorio
de las misericordias más notables, para consuelo propio y para la
posteridad;
una excelente idea.
Después que David ha acumulado sobre Dios todos los nombres dulces
que puede imaginar (vers.
2), como verdadero santo cree que nunca puede hablar bastante bien de Dios, o
demasiado mal de sí mismo, y entonces empieza su narración.
1. De
sus peligros (vers. 4).
2. De su retiro, y esto
era la oración sincera a Dios (vers. 6). La madre sigue
atareada en tanto que el niño gimotea, pero cuando chilla más alto -el
grito exacerba cada nervio y cada vena, entonces suelta lo que está haciendo y atiende su deseo. En tanto que nuestras oraciones son sólo suspiros, nuestro Dios puede seguir esperando; pero cuando caemos,
entonces: «Ahora me levantaré, dice el Señor.»
3. De
su rescate (vers. 7-20).
4. De la razón de estos tratos misericordiosos de Dios con él (vers. 20, etc.).
Richard Steele, Discurso
sencillo sobre la justicia
Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.
Te amo, oh Jehová. Te amaré de todo corazón, con mis
entrañas. Nuestro Dios trino merece el amor más férvido de
nuestros corazones. C. H. S.
Dios se ha entregado,
por así decirlo, a sus creyentes. Dios mismo es
la salvación y la porción de su pueblo. La fe se basa principalmente en
Dios mismo; El será mi salvación, si le tengo, y esto ya es salvación bastante; Él es mi vida,
mi consuelo, mis riquezas,
mi honor, mi todo.
David se complacía más en que Dios fuera su fortaleza que en que le diera a él
fortaleza; en que Dios
fuera su liberador que en ser liberado; en que Dios fuera su escudo, su cuerno,
su torre alta, que en recibir el efecto de todos ellos. Lo que le complacía de veras a David y complace a todos los santos es que Dios
sea su salvación, sea temporal o eterna, más que el hecho
de que los salve: los
santos miran más a Dios que lo que es de Dios. Joseph Caryl
Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto
refugio.
Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado,
Y seré salvo de mis enemigos.
Jehová, roca mía y castillo mío. Habitando en los peñascos y fortalezas montañosas naturales de Judea,
David había escapado de la malicia de Saúl, y aquí
compara a su Dios con estos
escondederos y refugios.
Mi fortaleza. Esta palabra es realmente «mi roca», en el sentido de fuerza y fijeza; mi confianza y apoyo
seguro, inmutable, eterno. Así la palabra «roca»
ocurre dos veces, pero no es tautología, porque la primera vez es una roca para
resguardarse, y aquí una roca para firmeza e inmutabilidad.
Mi escudo, que desvía los golpes del enemigo, me protege de las flechas o la espada.
Aquí hay muchas palabras, pero ninguna de más; podríamos
examinarlas una a una si dispusiéramos de tiempo, pero resumiéndolas en un conjunto, podemos
llegar a la conclusión de Calvino de que David aquí arma al
fiel de la cabeza a los pies.
Me rodearon ligaduras de muerte,
Y torrentes de perversidad me atemorizaron.
Torrentes de perversidad me atemorizaron. En la noche del
lamentable accidente que tuvo lugar en el «Surrey Music
Hall», las olas de Belial quedaron sueltas y los comentarios subsiguientes de gran
parte de la Prensa fueron en extremo maliciosos y malintencionados, nuestra
alma temía al ver que estábamos rodeados de olas de
muerte y blasfemias crueles. Pero ¡Qué misericordia hubo en todo ello, y qué
dulce miel de bondad fue extraída por nuestro Señor de este león de aflicción! C. H. S.
No hay metáfora que usen con más frecuencia los sagrados poetas que la que
representa las espantosas
e inesperadas calamidades que resultan de las aguas avasalladoras. La imagen
parece haber sido especialmente familiar entre los hebreos, puesto que se
derivaba del hábito peculiar de la naturaleza de su
propio país. Tenían continuamente delante de los
ojos el río Jordán, que cada año rebasa sus riberas. Robert Lowth
Ligaduras del Seol me rodearon,
Me tendieron lazos de muerte.
Ligaduras del Seol me rodearon. Un cordón de demonios acosaba al hombre de Dios acorralado; parecía que toda vía de escape estaba cerrada. Satán sabe cómo
bloquear nuestras costas
con los barcos de guerra de la aflicción, pero, bendito sea el Señor, el
puerto de la oración está
todavía abierto, y la gracia puede atravesar el bloqueo, llevando mensajes de la
tierra al cielo y bendiciones en su retorno del cielo a la tierra.
Según las cuatro metáforas que emplea, estaba amarrado como un
malhechor para ser ejecutado; abrumado como un marinero náufrago;
rodeado y
batido como un ciervo cazado; y capturado en una red como un pájaro tembloroso. ¡Cuánto terror y aflicción pueden caer sobre
una cabeza pobre
e indefensa! C. H. S.
Me tendieron lazos de muerte. Estos lazos, o trampas,
estaban tendidos delante de mí.
En mi angustia invoqué a Jehová,
Y clamé a mi Dios.
El oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
En mi angustia. Si escuchas el arpa de David, vas a oír muchos cánticos tristes, endechas, así como
villancicos y cantares; y la pluma del Espíritu Santo ha trabajado más en describir las
aflicciones de Job que las alegrías de
Salomón. Vemos en bordados
y tapices, que es más agradable tener un patrón alegre sobre
un fondo triste y solemne que cuando la cosa es al revés; juzga, pues, de los placeres del
corazón por los placeres del ojo. Ciertamente, la virtud es como los olores
preciosos, son más fragantes cuando son exprimidos; porque la prosperidad manifiesta el vicio, pero la adversidad
manifiesta mejor la virtud. Francis Bacon
La oración de un solo santo va seguida a veces de efectos maravillosos;
¿Qué va a resultar,
pues, de la legión atronadora de plegarias de gran número de almas suplicantes? La reina de Escocia decía que temía más a las oraciones de Knox que a un ejército de
diez mil hombres.
John Flavel
La tierra fue conmovida y tembló;
Se conmovieron los cimientos de los montes,
Y se estremecieron, porque se indignó él.
La tierra fue sacudida y tembló. Observa cómo la cosa más sólida e inconmovible
nota la fuerza de la súplica. La oración ha sacudido casas, abierto puertas de cárceles y
hecho temblar a
los corazones más aguerridos. La oración hace sonar la
campana de llamada, y el amo de la casa se levanta para prestar ayuda, sacudiendo
todas las cosas bajo sus pisadas.
Humo subió de su nariz,
Y de su boca fuego consumidor;
Carbones fueron por él encendidos.
Inclinó los cielos,
y descendió;
Y había densas tinieblas debajo de sus pies.
Humo subió de su nariz. Un método
violento oriental de expresar gran furor. Como el aliento de las narices
es calentado por la emoción fuerte, la figura retrata al Liberador todopoderoso proyectando
humo en el calor de su furor y en el ímpetu de su
celo.
Y de su boca fuego consumidor. Este fuego no era
temporal, sino que era permanente. C. H. S.
Como el hombre hace más caso del cielo cuando siente sus iras que cuando siente sus bendiciones, y considera
más a Dios cuando desciende a la tierra en la tormenta que cuando
lo hace en
el arco iris, David describe la bienaventurada condescendencia de Dios con la
figura de una tempestad. Augustus F. Tholuck
Cabalgó sobre un querubín, y voló;
Voló sobre las alas del viento.
Puso tinieblas por su escondedero,
por cortina suya alrededor de sí;
Oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
Por el resplandor de su presencia,
sus nubes pasaron;
Granizo y carbones ardientes.
Cuando Dios viene a
castigar a sus enemigos y a rescatar a su pueblo, no hay nada que más haya sorprendido a sus amigos o enemigos que la admirable
rapidez con que se mueve y actúa: Vuela sobre las alas del viento.
William S. Plumer
Espesos nubarrones. Bienaventuradas las tinieblas que velan a Dios;
aunque no podemos verle, es muy dulce saber que está obrando en secreto para mi bien eterno. Incluso los necios pueden creer que
Dios se halla allí cuando hace el sol y la calma, pero la fe es sabia, y le discierne en las tinieblas y en la
tormenta amenazadora.
Tronó en los cielos Jehová,
Y el Altísimo dio su voz;
Granizo y carbones de fuego.
Envió sus saetas, y los dispersó;
Lanzó relámpagos, y los destruyó.
Entonces aparecieron los abismos de las aguas,
Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo,
A tu reprensión, oh Jehová,
Por el soplo del aliento de tu nariz.
Envió desde lo alto; me tomó,
Me sacó de las muchas aguas.
Me libró de mi poderoso enemigo,
Y de los que me aborrecían;
pues eran más fuertes que yo.
Tronó en los cielos Jehová, y el Altísimo dio su voz. ¿Cómo podrán los hombres resistir su voz el último día, cuando tenga lugar la proclamación de su
condenación, si hoy están atemorizados y temblando al oírla
de lejos cuando murmura?
En todo este terror David halló tema para un cántico, y de esta manera cada creyente halla incluso en los
terrores de Dios un tema
para un cántico santo.
Granizo y centellas de fuego. Horne hace notar que «cada tempestad debería recordarnos la exhibición de poder y venganza que al final del mundo va a acompañar a
la resurrección general».
Me asaltaron en el día de mi quebranto,
Mas Jehová fue mi apoyo.
Me asaltaron en el día de mi quebranto, mas Jehová fue mi apoyo. ¡Qué bendición este «mas», que corta el nudo gordiano y mata a
la hidra de cien cabezas!
No hay temor de no ser liberados cuando dependemos de
Jehová. C. H.
S.
Cuando Enrique VIII hubo
hablado y escrito acerbamente contra Lutero, dijo éste: «Decid a los Enriques, a los obispos, a los turcos y al mismísimo diablo, que hagan lo que quieran, que nosotros somos los hijos
del reino, adoradores del Dios verdadero, a quien ellos, y otros como ellos,
escupieron y crucificaron.» Charles Bradbury
Me sacó a lugar espacioso;
Me libró, porque se agradó de mí.
Me sacó a lugar espacioso. El Señor no
deja su obra a medias, porque habiendo derrotado al enemigo saca al cautivo y le da
libertad.
Me libró, porque me amaba. Por qué ha de deleitarse el Señor en nosotros, es una pregunta a la que no podemos
contestar. Creyente, siéntate y absorbe interiormente esta
cláusula instructiva que
tienes delante, y aprende a ver el amor sin causa de
Dios como la causa de todas las bondades de que participamos. C. H. S.
Jehová me ha premiado conforme a mi justicia;
Conforme a la limpieza de mis manos
me ha recompensado.
Jehová me retribuye conforme a mi justicia. Viendo este Salmo como profético del Mesías, estas pretensiones tan notables a la justicia se pueden entender fácilmente, porque sus vestidos eran blancos como la nieve; pero
considerándolas como el lenguaje de David, han dejado perplejos a
muchos. Las tribulaciones iniciales de David tuvieron lugar a causa de la malicia
del envidioso Saúl, el cual, sin duda, le perseguía, pero daba pretextos y acusaciones, que echaba sobre el carácter del «hombre según el propio corazón de Dios». David
declara que estas acusaciones
son falsas por completo, y afirma que posee una justicia dada por la gracia,
que el Señor le ha concedido en su gracia, y con ello desafía a todos sus calumniadores. Ante Dios, el hombre, según el propio corazón de Dios, era un humilde pecador, pero ante
sus calumniadores podía hablar de la limpieza de sus manos y la justicia de su vida
sin ruborizarse.
No está en oposición a la
doctrina de la salvación por la gracia, ni es una evidencia de espíritu
farisaico, el que
un hombre bajo la gracia, habiendo sido calumniado, sostenga resueltamente su
integridad y defienda con vigor su carácter.
Porque yo he guardado los caminos de Jehová,
Y no me aparté impíamente de mi Dios.
Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí,
Y no me he apartado de sus estatutos.
Hay aquí un «he», y un «no he» y los dos vienen a unirse en una vida
verdaderamente santificada;
la gracia que constriñe y restringe debe tener su parte en ello.
C. H. S.
No me aparté impíamente de mi Dios. El hombre de corazón falso en el mundo no mira sólo a Dios, sino a algo más junto con Dios; aunque Herodes tenía en consideración a Juan,
consideraba más a Herodías; y el joven del evangelio viene a Cristo, pero
está pensando en sus posesiones; y Judas siguió a Cristo, pero
tiene la mirada en la bolsa;
esto es apartarse impíamente de Jehová. William Strong
Fui recto para con él,
y me he guardado de mi maldad,
Fui fiel para con él, y me he guardado de mi maldad. El genio impulsivo de David podría haberle
llevado a matar a Saúl cuando le tuvo en su poder, pero la gracia le capacitó
para mantener
las manos limpias de la sangre de su enemigo. C. H. S.
Tal como en la colmena
tiene que haber una reina, así también en el corazón
ha de haber un pecado
dominante; hay un pecado que no sólo está más
cerca del hombre que el vestido que lleva, pero que le es agradable a los ojos. El
diablo puede dominar a un hombre de modo tan firme por medio de este eslabón como por medio de toda una cadena de vicios. El cazador de pájaros tiene al pájaro bien sujeto con sólo que agarre una de
sus alas. Un cristiano recto echa mano del cuchillo sacrificador de la mortificación y atraviesa con él su pecado predilecto. Thomas Watson
Por lo cual me ha recompensado Jehová
conforme a mi justicia;
Conforme a la limpieza de mis manos
delante de su vista.
Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia;
conforme a la pureza de mis manos delante de
su vista.
Dios primero nos da la santidad y luego nos recompensa
por ella. Al premiado se le concede la flor del concurso, pero el
hortelano la ha cultivado; el niño gana el premio en la
escuela, pero el honor real de su enseñanza se
halla en el maestro, aunque en vez de recibirlo es el que da el premio. C. H. S.
Así como el sol es muy agradable y sano para los ojos sanos y sin
enfermedades, aunque
para los mismos ojos, cuando son débiles,
enfermos, doloridos, es muy pernicioso y penoso, por más que el sol
sea siempre
el mismo en uno y otro caso, lo mismo Dios, que se ha mostrado benigno y
generoso con los que son tiernos y buenos con los santos, es misericordioso para
con los que muestran misericordia. Pero, con respecto a estos mismos hombres,
cuando caen en la maldad y su comportamiento es cruel, el Señor se muestra lleno de ira y furor, y, con todo, es un mismo Dios
inmutable desde el siglo y para el siglo. Robert Cawdray
Con el misericordioso te mostrarás misericordioso,
Y recto para con el hombre íntegro.
Limpio te mostrarás para con el limpio,
Y severo serás para con el perverso.
Porque tú salvarás al pueblo afligido,
Y humillarás los ojos altivos.
Con el misericordioso te mostrarás misericordioso. «Noé era un varón justo y perfecto en su generación, y Noé anduvo con Dios. Y Noé halló gracia a los ojos de
Jehová. Estas son las generaciones
de Noé; Noé engendró tres hijos». Noé, Noé, Noé,
me gusta el sonido de este tu nombre; y todos vuestros nombres son
preciosos para Dios, por más que sean
aborrecidos por los hombres, si el nombre de Dios os es querido y dulce.
Para un hipócrita hay «muchos dioses y muchos señores», y ha de tener un
corazón para cada uno de ellos; pero para
el justo sólo hay uno, Dios el Padre, y un Señor Jesucristo, y un corazón sirve a los dos. El que
pone su corazón sobre las criaturas, ha de disponer su corazón sobre cada una de ellas, y al hacerlo lo divide y lo destruye (Oseas
10:2). Los beneficios mundanos llaman a la puerta, ha de tener un corazón para ellos; los placeres carnales se presentan, ha de tener un corazón para ellos; los
atractivos pecaminosos se presentan, ha de tener un corazón para ellos. El justo ha hecho su elección, que es Dios, y con ello le basta. Richard Steele
Tú encenderás mi lámpara;
Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.
Tú encenderás mi lámpara. Las lámparas encendidas por Dios el diablo no las puede apagar.
Contigo desbarataré ejércitos,
Y con mi Dios asaltaré muros.
En cuanto a Dios,
perfecto es su camino,
Y acrisolada la palabra de Jehová;
Escudo es a todos los que en él esperan.
Contigo desbarataré ejércitos, y con mi Dios saltaré muros. Estas hazañas han sido ya realizadas, pues hemos pasado de un tirón huestes de dificultades, y hemos escalado cosas imposibles de un
salto. Los guerreros de Dios pueden esperar que tendrán que pasar por toda forma de lucha, y mediante el poder de la fe han
de decidir comportarse como hombres de veras.
Porque
¿quién es Dios sino sólo Jehová?
¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?
¿Quién es Dios sino sólo
Jehová? El Dios de David crea, sostiene, prevé y rige. ¿Hay otros que puedan hacerlo? ¿Quién sino El es perfecto en cada atributo y glorioso en cada acto? C. H.
S.
Aquí ocurre por primera vez en los Salmos el nombre Eloah,
traducido como Dios. Ocurre
más de
cincuenta veces en las Escrituras, si pero sólo cuatro
veces en los Salmos. Es el singular de Elohim. Muchos han supuesto que este nombre se
refiere especialmente a Dios como objeto de adoración religiosa. Esta idea puede muy bien ser prominente en este
lugar. William S. Plumer
Dios es el que me ciñe de poder,
Y quien hace perfecto mi camino;
Quien hace mis pies como de ciervas,
Y me hace estar firme sobre mis alturas;
Quien adiestra mis manos para la batalla,
Para entesar con mis brazos el arco de bronce.
Quien hace mis pies como de ciervas, y en las alturas me
sostiene en pie.
Persiguiendo a sus enemigos el guerrero había sido
rápido en sus pies como una cierva joven, pero, en vez de gozarse en la ligereza
de los pies de un hombre, adscribe la virtud a la rapidez del mismo Señor.
Quien adiestra mis manos para la batalla, para entesar con
mis brazos el arco de bronce. Estos arcos eran muy difíciles de doblar con la fuerza de los brazos; el arquero
requería la
ayuda del pie; era una gran hazaña, pues, el
tener fuerza para doblar un arco.
Jesús no sólo destruye las sugerencias de Satanás, sino que
desmenuza los argumentos del mismo por medio del uso de las Santas Escrituras contra él; por los mismos medios podemos conseguir el triunfo, rompiendo el arco y
partiendo la lanza con el golpe de la verdad revelada.
Probablemente David tenía una naturaleza muy vigorosa y forzuda; pero aún es más
probable que,
como Sansón, estuviera revestido a veces de una
fuerza descomunal; en todo caso, adscribe el honor de sus hazañas enteramente a su Dios. No intentemos robar al Señor lo que
se merece, sino
démosle fielmente la gloria debida a su nombre.
Me diste asimismo el escudo de tu salvación;
Tu diestra me sustentó,
Y tu benignidad me ha engrandecido.
Me diste asimismo el escudo de tu salvación; tu diestra me
sustentó. Por encima de todo hemos de tomar el
escudo de la fe, porque nada más puede apagar los
dardos encendidos de Satanás.
Tu benignidad me ha engrandecido. Otros traducen «Tu condescendencia». En un sentido Dios se empequeñece al acercarse a nosotros, como si ejerciera humildad. Es Dios, haciéndose pequeño, que es la causa de que nosotros seamos engrandecidos. Somos
tan poco, que si Dios se manifestara
en su grandeza sin condescendencia, seríamos
aplastados sin remisión; pero Dios, que se inclina para mirar los cielos y los ángeles, mira a los humildes y contritos y los engrandece.
Ensanchaste mis pasos debajo de mí,
Y mis pies no han resbalado.
Ensanchaste el camino debajo de mis pasos. Es una gran
misericordia el ser llevados a la libertad y ensanchamiento cristianos, pero es
un mayor favor todavía el ser capacitados a andar dignamente en esta
libertad, sin que nuestros pies resbalen. C. H. S.
Perseguí a mis enemigos, y los alcancé,
Y no volví hasta acabarlos.
Los herí de modo que no se levantasen;
Cayeron debajo de mis pies.
Oh, he visto el día
En que con una sola palabra
Dios me ayudó a decir:
“Mi confianza está en
Él”.
Mi alma ha hecho callar a miles de enemigos,
Sin temer a cuantos puedan oponérseme.
William Cower
Pues me ceñiste de
fuerzas para la pelea;
Has humillado a mis
enemigos debajo de mí.
Has hecho que mis
enemigos me vuelvan las espaldas,
Para que yo destruya a
los que me aborrecen.
Es imposible excederse
en el cumplimiento del deber de adscribir todas nuestras victorias al Dios de
nuestra salvación.
Clamaron, y no hubo quien salvase;
Aun a Jehová, pero no los oyó.
Clamaron, y no hubo quien salvase; aun a Jehová, pero no los oyó. La oración es un arma tan
notable que incluso los malvados pueden atreverse a usarla en momentos de desesperación. Los malos han apelado a
Dios en contra de sus propios siervos, pero es en vano. Hay oraciones
a Dios que no son mejores que blasfemias, que no producen respuesta agradable, sino
que provocan al Señor a una mayor ira. C. H. S.
Se cuenta de Antioco que
juró en su última enfermedad que «se haría él
mismo un judío, y que iría por todo el mundo habitado y declararía el poder de Dios.»
Pero, sigue el historiador: «A pesar de todo esto, sus dolores no cesaron, porque el justo
juicio de Dios había caído sobre él». John Lorinus Y Remigius,
citado por J. M. Neale
Y los molí como polvo
delante del viento;
Los eché fuera como lodo
de las calles.
Y los molí como polvo delante del viento; los desmenucé como lodo de las
calles. El
infierno y los pecados resisten mi curso, pero uno y otros son enemigos vencidos.
Jesús los clavó en la cruz, y luego resucitó y entona el himno triunfal. C. H. S.
El echar a uno, pues,
como si fuera lodo de la calle, es una imagen muy fuerte de desprecio. John Kitto
Me has librado de las
contiendas del pueblo;
Me has hecho cabeza de
las naciones;
Pueblo que yo no conocía
me sirvió.
Me has librado de las contiendas del pueblo; me has hecho
cabeza de naciones; pueblo que yo no conocía me sirve. Sin duda hay mucho más
de Jesús que de David aquí.
Al oír de mí me
obedecieron;
Los hijos de extraños se
sometieron a mí.
En cuanto me oyen, me obedecen; los hijos de los extranjeros
se sometieron a mí. «El amor a primera vista» no es raro cuando Jesús es el que corteja. Jesús puede
escribir el mensaje de
César sin que sea jactancia; su evangelio, en algunos casos, tan
pronto es oído es creído. ¡Qué estímulo para esparcir la doctrina de la cruz!
Los extraños se
debilitaron
Y salieron temblando de
sus encierros.
Los extranjeros palidecieron y salieron temblando de sus
encierros.
Los que son extraños para Jesús son extraños a toda felicidad duradera; los que se apartan temblando son los que rehúsan beber del río de la vida. C. H. S.
Ellos temerán por causa de sus lugares de encierro. Un erudito judío lo interpreta de la siguiente manera: «Ellos
temerán las prisiones en las cuales yo los encerraré y los tendré confinados». John Brown
Viva Jehová, y bendita
sea mi roca,
Y enaltecido sea el Dios
de mi salvación;
El Señor vive. Nosotros no servimos a
ningún Dios inanimado, imaginario o moribundo, sino al único que tiene inmortalidad. Como leales Súbditos de este rey
exclamamos: «Jehová vive. Vive el Rey de reyes». C. H. S.
¿No ves a los herederos jóvenes de grandes haciendas que gastan
el dinero en abundancia, pues no tienen ninguna escasez? ¿Por
qué tú, pues, siendo hijo del Dios del cielo, tienes que ir vestido de harapos como si no
valieras un ochavo?
Una mujer verdaderamente
piadosa, habiendo enterrado a su hijo, y sentada sola en medio de la tristeza,
consiguió aliviar su corazón con la expresión «Dios vive»; y después de haberse despedido de otro hijo,
todavía insistió: «Los consuelos mueren, pero
Dios vive». Al
fin murió su querido esposo, y se sentó abatida y abrumada por el dolor. Tenía un niño pequeño
todavía, el cual,
habiendo observado lo que ella había dicho
antes, para consolarla se le acercó y le dijo: «¿Ha muerto Dios, madre? ¿Ha
muerto Dios?» Esto le llegó al corazón, y con la bendición de Dios recobró la antigua confianza en su Dios, que es un Dios vivo. Así, oh
cristianos,
es necesario que salgáis de vuestro desánimo y animéis vuestros
espíritus como hizo David. Oliver Heywood en Misericordias firmes a David
Enaltecido sea el Dios de mi salvación. Deberíamos proclamar la historia del pacto y de la cruz, de la elección del
Padre, de la redención del Hijo y de la regeneración del
Espíritu.
El Dios que venga mis
agravios,
Y somete pueblos debajo
de mí;
El que me libra de mis
enemigos,
Y aun me eleva sobre los
que se levantan contra mí;
Me libraste de varón
violento.
El Dios que venga mis agravios, y somete pueblos debajo de mí. El que perezcan los pecadores es en sí una
consideración penosa, pero el que la ley del Señor sea vengada sobre los que la quebrantan es
para la mente piadosa un tema de agradecimiento. C. H. S.
Es Dios. «Sire, esto no es nada más que la mano de
Dios; y a Él sólo pertenece la gloria, que nadie ha de compartir con Él. El general te ha servido con toda fidelidad y honor; y el mejor elogio
que puedo hacer de él es que me atrevo a decir que lo atribuye
todo a Dios, y antes perecería que atribuírselo a él mismo». Escrito al Speaker del
Parlamento, después de la batalla de Naseby, por Oliver Cromwell
Por tanto yo te
confesaré entre las naciones,
oh Jehová, y cantaré a
tu nombre.
Grandes triunfos da a su
rey,
Y hace misericordia a su
ungido,
A David y a su
descendencia, para siempre.
Por tanto yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, y cantaré a tu nombre. Al luchar
con los demás, David los venció; pero al cantar y
deleitarse, se venció a sí mismo. Thomas Playfbre
1 comentarios:
Excelente comentario... Dios le bendiga!!!
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