Ahora bien, la fe es la certeza
de lo que se espera,
la convicción de lo que no se ve.
Hebreos 11:1.-
Fe es creer. Creer es estar seguro de lo que se espera, es esa convicción mas allá de lo que se ve en determinado momento. Muchas personas tienen fe, pero no son bendecidas. ¿Por qué? Porque han depositado su fe en cosas vanas, en ilusiones.
Conozco personas que no tienen fe. Estas personas no creen en aquello que no puede explicarse desde la lógica y en aquello que escapa a sus sentidos.
Ciertamente, el hombre que no tiene fe no será bendito. No hay bendición para los incrédulos, pues su incredulidad los limita al “ver para creer”. El problema es serio, porque nadie ha visto jamás a Dios.
Nadie ha visto jamás a Dios;
el unigénito Dios, que está en el seno del Padre,
El le ha dado a conocer.
Juan 1:18.-
Si nadie ha visto a Dios, podríamos entonces concebir que hay personas que intentan acercarse a Dios y le buscan, que quieren saber si de verdad Dios existe, pero la verdad de su existencia, su eternidad y sus obras en la creación de todo lo que existe chocan con la fuerza de mil huracanes contra su lógica, al escapar Dios de sus sentidos. ¿Qué pasa entonces con las personas sin fe? ¿Pueden conocer a Dios? ¿Podrá el hombre sin fe conocer a Dios y hallar la bendición?